Una semana de lucha médica no bastó para salvar al can militar que neutralizó un artefacto del Eln en Antioquia.
Con la fuerza de un soldado y el instinto de un héroe, Sansón, un canino antiexplosivos del Ejército Nacional, murió luego de luchar durante varios días contra las graves heridas provocadas por una mina antipersonal en zona rural de Yondó, Antioquia.Play Video
Su sacrificio evitó una tragedia aún mayor: gracias a su olfato y entrenamiento, logró detectar el artefacto explosivo que pudo haber acabado con la vida de 36 militares que patrullaban la vereda La Raya.
“Los grupos armados no miden el impacto de su intención de afectar a la tropa”, expresó con firmeza el guía de Sansón, mientras sostenía una mirada aún marcada por el dolor.
El animal, un pastor belga malinois de cinco años, había sido gravemente herido el pasado 10 de julio cuando, durante una operación de reconocimiento, activó una mina mientras realizaba labores de detección junto a su guía, el soldado profesional Carlos Eduardo Beleño González.
Pese al impacto, y con una de sus patas destrozadas, Sansón logró arrastrarse hacia su binomio, quien lo buscaba desesperadamente entre la maleza. Su instinto de lealtad fue más fuerte que el dolor.
Sansón fue estabilizado y evacuado de inmediato hacia una clínica veterinaria especializada, donde los médicos le amputaron la pata afectada e iniciaron un tratamiento intensivo para salvarle la vida. Sin embargo, las heridas internas y la gravedad del trauma terminaron venciendo al canino una semana después.
“Con profunda tristeza informamos que nuestro canino Sansón ha fallecido. El ejemplar antiexplosivos, ofrendó su vida salvando a más de 30 soldados en Antioquia, siendo víctima del uso indiscriminado de artefactos explosivos .Su olfato fue escudo, su valentía, ejemplo”, expresó el Cuerpo de Ingenieros Militares del Ejército, que confirmó su fallecimiento este 16 de julio con un sentido mensaje en redes sociales.
Su muerte no solo enluta a la institución, sino que deja al descubierto la magnitud del daño que provocan los explosivos instalados por grupos armados ilegales como el Eln, responsables de la trampa mortal ubicada en un sendero de uso común.
Para su guía y para los soldados que sobrevivieron gracias a su actuar, Sansón no fue solo un perro: fue un compañero de combate, un héroe con cuatro patas y un corazón indestructible.