El 28 de octubre de 2024, en el barrio Las Ferias, localidad de Engativá (Bogotá), dos menores de cuatro y siete años fueron asesinados presuntamente por su padre, Darwin Felipe Beltrán, en medio de una discusión con la madre de los niños, Paola Ramírez.
El caso generó una fuerte reacción de indignación y solidaridad a nivel nacional. Según versiones preliminares, el agresor presentaría antecedentes de salud mental. La madre, que se encontraba en la vivienda al momento de los hechos, no pudo intervenir para evitar el ataque.
Darwin Felipe Beltrán fue capturado por las autoridades y judicializado como presunto responsable del delito de homicidio agravado. Durante la audiencia de imputación de cargos, se declaró inocente. Desde entonces, permanece privado de la libertad en un centro carcelario, a la espera de que avance el proceso judicial.
La gravedad del crimen provocó incluso que vecinos intentaran agredir al presunto responsable, lo que obligó a una intervención de la Policía para trasladarlo de inmediato a la Fiscalía General de la Nación. La captura fue legalizada el 29 de octubre por un juez de control de garantías, quien confirmó además que Beltrán tenía antecedentes por violencia intrafamiliar.
En entrevista con el pódcast Más allá del silencio, Paola Ramírez relató por primera vez cómo vivió el hecho y las secuelas emocionales y económicas que enfrenta desde entonces. Aseguró que el agresor la obligó a abandonar el lugar momentos antes del ataque, con el argumento de que su presencia lo alteraba. «No entiendo por qué le hizo eso a los niños y no a mí», expresó.
Además del dolor por la pérdida de sus hijos, Paola enfrenta dificultades económicas derivadas de una deuda superior a los 30 millones de pesos, correspondiente al lote donde fueron sepultados los menores. “Estoy trabajando para poder pagar el terreno donde descansan mis hijos. Es una deuda grande”, afirmó.
También relató que no ha vuelto a ver a Darwin desde la audiencia virtual en la que se declaró inocente. “Fue doloroso y triste volverlo a ver. Es revivir ese momento”, dijo.
Según testigos del sector, los gritos de auxilio alertaron a los vecinos, quienes se acercaron a la vivienda y presenciaron imágenes estremecedoras. Uno de ellos relató a Caracol Radio que el agresor mostró a uno de los niños, sin vida, a través de la ventana.
El proceso judicial continúa, mientras la familia de las víctimas busca justicia y enfrenta el duelo por una pérdida irreparable.