La bancada está citada a las 3:00 de la tarde para votar si dan un paso a la independencia. De dientes para afuera muchos dicen estar con Petro, pero siguen creciendo las voces que piden partir cobijas. Así está el panorama.
Este lunes, tras una semana de turbulencia, controversia y desazón, la Alianza Verde podría definir si se mantiene como partido de gobierno de la coalición de Gustavo Petro o si –tras poco menos de año y medio–, da el salto a la independencia. Aunque nada parece decidido y hay quienes insisten en seguir apoyando al “gobierno del cambio”, hay un grupo cada vez más mayoritario e influyente que pide cortar cobijas con todo lo que huela a Petro.
El disgusto es mayor y hoy raya en la indignación. La bancada de los verdes, por convocatoria de sus tres copresidentes, está citada hoy a las 3:00 de la tarde para una reunión “de carácter urgente” en Bogotá en la que discutirán el asunto y en la que podrían formalizar el divorcio con el Ejecutivo.
La gota que rebosó el vaso fueron las polémicas declaraciones del ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, quien levantó una polvareda el pasado jueves al cuestionar los reparos de un grupo de los verdes a la reforma a la salud y llegó a decir que “uno no puede tener representación importante a través del Sena o el Icetex y hacer oposición”.
Semejante pulla, con dejo de chantaje, exacerbó las voces que piden abandonar rotundamente la coalición –en cabeza de representantes como Katherine Miranda, Catherine Juvinao o Carolina Giraldo–, mientras que el propio Petro o el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, trataron de calmar las aguas.
“El gobierno es verde de verdad, no veo que haya que sacar lo que huela a verde de verdad”, dijo el mandatario, mientras que Velasco defendió que “la relación con el Congreso, particularmente con el Partido Verde, nunca ha sido una relación transaccional”.
Según fuentes consultadas al interior de la colectividad, si bien lo dicho por Jaramillo sacó de casillas a varios congresistas que desde tiempo atrás han reclamado independencia, terminó siendo “la excusa perfecta” para insistir en dejar la coalición y convencer a otros que permanecían indecisos. Lo anterior, tras los resultados adversos que sufrió el Pacto Histórico en las elecciones regionales del 29 de octubre, que terminaron afectando también a los verdes.
“La gente del Verde que acompañó al Gobierno le fue muy mal en las elecciones del 29 de octubre y desde entonces muchos piden declararnos en independencia. Lo ocurrido ese día cambió los apoyos hacia el Gobierno”, declaró una congresista que pidió no ser nombrada. “En 2026 al Pacto le va a ir muy mal y al que esté al lado del Gobierno, ¿quién va a asumir esos costos?”, declaró por su parte otro de los integrantes de la bancada.
El descontento es tal que un sector de los verdes que cuenta con representación en el Gobierno también quiere votar por irse. Eso sí, sin que ello implique necesariamente dejar sus cargos y privarse de la siempre dulce burocracia. No hay que pasar por alto que hoy la colectividad dirige entidades del calibre del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), el Icetex, el Sena, la Consejería para las Regiones y varias embajadas.
Por todo esto, se determinó que, para no afectar todavía más la relación con el Gobierno, el voto sobre si permanecer o no en la coalición sea secreto. “Todo mundo está diciendo ‘vámonos’. Hay unos que siguen comiendo del Gobierno y no se quieren ir (…) De dientes para fuera todos dicen estar con Petro, pero dentro todos quieren irse. Esto se desmoronó. Algunos quieren voto secreto para que el Gobierno no nos castigue”, reveló otro de los congresistas.
La representante Katherine Miranda, una de las voces más críticas y de las pocas que se atreve a hablar con nombre propio, le dijo a EL COLOMBIANO que lo que ha habido por parte del Gobierno y el Pacto Histórico ha sido maltrato. A ello se suma un rosario de promesas incumplidas frente a la forma como se ha manejado el país. Por ello, “para evitar malos entendidos”, insiste en que deben ser independientes.
“En términos programáticos sentimos que el Gobierno está desconociendo las propuestas y promesas de campaña. No ha cambiado la forma como se manejan varios frentes. Basta con ver las relaciones exteriores. El diálogo y el espíritu conciliador no se ve. Creen que por ser partido de gobierno tenemos que decir sí a todo sin argumentos. Tener participación en el gabinete no implica ser borregos. Se equivocan de cabo a rabo”, manifestó la representante.
En ello coincidió otra de las voces críticas dentro de los verdes, la representante Catherine Juvinao, quien también clama por migrar a la independencia. “No solamente no somos escuchados: somos permanentemente maltratados y calumniados, ya no solo por bodegas tuiteras, sino por los mismos congresistas del Pacto Histórico, que de manera absolutamente temeraria e irrespetuosa llevan meses promoviendo las bajezas más inimaginables sobre quienes hemos elevado una voz crítica sobre la reforma a la salud”.
Otra es la postura de congresistas como Ariel Ávila o Santiago Osorio, para quienes dejar de ser partido de gobierno no garantiza que se curen las heridas internas y se solucione la crisis que enfrentan los verdes frente a sus simpatías o desencuentros con Petro. Mientras Ávila instó a analizar el asunto con cabeza fría, Osorio fue más allá y acusó a quienes quieren ser independientes de estar pensando en las elecciones. “El partido tiene dos líneas, una que está pensando en las próximas generaciones, sin cálculos, y otra en las elecciones”, reclamó.
En caso de que los verdes hoy decidan dar un paso al costado y declararse independientes serían la cuarta colectividad que rompe cobijas del todo con el Gobierno. Primero fueron los conservadores y La U, y recientemente hizo lo propio la Alianza Social Independiente (ASI). En la cuerda floja hay otros partidos, como los liberales, que podrían apartarse del Ejecutivo. Una coalición tan diezmada podría complicar todavía más el trámite de las reformas en el Congreso. ¿Tratará de interceder para evitar la ida de los verdes?