El Presidente les pidió prepararse para la paz y combatir el narcotráfico transnacional. Dijo que el pueblo votó por un cambio.
El presidente Gustavo Petro les puso un nuevo apellido a las tropas militares pidiéndoles que se conviertan en unas Fuerzas Armadas “populares”.
Las explicaciones del mandatario al objetivo de esa renovada misión se limitan a reclamar una tropa que sea base del “pueblo, la democracia y la nación”, y hace parte de un extenso catálogo de lineamientos que les entregó a los hombres y mujeres del uniforme en medio del ascenso de la cúpula militar.
Y es que, con dos semanas en la Casa de Nariño, el Jefe de Estado esta vez sí les cumplió a los uniformados para la ceremonia de ascenso de los generales que desde, el sábado, asumieron la comandancia de las Fuerzas, el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. Todo esto tras un revolcón que sacó a 30 generales de la institución y así ascender a sus elegidos para acompañarle en la comandancia de Colombia.
Las palabras de Petro ante el destacamento militar son filosóficas y necesitan, más que una lectura textual, una exhaustiva revisión entre líneas. El mandatario aseguró que “el Presidente de la República no es solo su comandante en jefe, sino su hermano decidido a llevarlos a un país en paz”.
Ese término, el de la “paz” que ha mencionado en casi todos sus discursos desde que pisó la Presidencia, estuvo también en cada capítulo de su disertación ante los custodios de la soberanía del país.
Petro dice que las Fuerzas son una tropa en transición a la paz, un estado con el que les pone las renovadas tareas de prepararse para combatir el narcotráfico transnacional y los delitos ambientales para salvar la Amazonía. Y les deja el pendiente de aportar a la industrialización de Colombia.
En esa metamorfosis que plantea para la institución que lleva décadas combatiendo en medio del conflicto armado, incluso, les otorgó la misión de conformar tanques de pensamiento para sacudir sus propias filosofías internas.
El renovado inventario de asignaciones lo sustenta en que el 19 de junio, a su juicio, los colombianos votaron por el cambio, y “cambio significa salir de esa violencia perpetua y construir la paz”.
“Primero es el hombre y la mujer que el fusil. De nada sirve la fragata sin los seres humanos y el avión supersónico no existiría en los cielos sino están el hombre y la mujer que lo manejan. Hay que darle la prioridad al ser humano dentro de las Fuerzas Militares”, ordenó Petro.
En esa disertación de poner al humano en la primera línea, hacer de los soldados aliados de los campesinos y tener a unas Fuerzas industrializadas, sale a relucir también el reclamo de cesar las prácticas que “no sean positivas”.
“Si algo no es positivo para el país, es matarnos los unos a los otros en una guerra fatídica que lleva décadas. Una violencia permanente, una guerra perpetua”, enfatizó.
De ahí que Petro cree que la única forma de que la tropa que le acompañará en la Presidencia y la generación misma de la Colombia de la pospandemia solo pasará a la historia si construye paz.
Esas palabras ante las Fuerzas llegaron horas después de que él mismo se encargará de suspender las órdenes de captura y de extradición contra los voceros del ELN que se sentarían en los diálogos de paz con ese grupo ilegal en La Habana, Cuba.