diciembre 18, 2022

Solo 20 % de personas con depresión en Colombia recibieron atención de su EPS.

Un estudio del Observatorio Nacional de Salud determinó que los usuarios solo piden ayuda cuando hay gestos suicidas o riesgo de muerte.

Según una publicación reciente del Observatorio Nacional de Salud, apenas el 20 % de las personas diagnosticadas con trastorno de depresión mayor recibieron atención especializada en Colombia. Entre las recomendaciones de la entidad, adscrita al Ministerio de Salud, está aumentar la divulgación sobre los servicios de salud mental disponibles y el presupuesto destinado a la prevención.

Según los datos que encontraron en la Encuesta Nacional de Salud Mental (ENSM), este diagnóstico en Colombia es más común entre mujeres y jóvenes, y su prevalencia es de un 15,8 % en adolescentes, 4,7 % en adultos entre los 18 y 44 años y 8,9 % entre adultos mayores de 45 años. Además, los investigadores estimaron que en el país se perdieron 809.792 años de vida de sus habitantes por depresión. Principalmente, esta pérdida de tiempo estuvo asociada a la discapacidad.

Es personas diagnosticadas encontraron una serie de barreras para mejorar su condición: entre otras, la falta de un diagnóstico oportuno, tratamientos tardíos o insuficientes. Además, la necesidad de tener que pasar por un médico general para que los remita a un psiquiatra o psicólogo los desestimula a consultar; en otros casos, el médico puede no reconocer el problema y no remitir, lo que dificulta más el diagnóstico.

Las entidades prestadoras de servicios de salud (EPS), dice el estudio del ONS, no garantizan un número suficiente de profesionales especializados para atender la demanda: apenas tienen los necesarios para cumplir la ley, pero la población que requiere consulta es cada vez mayor y su oportunidad para ser atendidos es más lejana. La dificultad aumenta si el usuario vive en la ruralidad, no tiene recursos para acceder a médico particular o medicina prepagada.

“Hay personas que nos dicen que tienen derecho por la EPS a una cita al psicólogo al año, ¡por Dios! ¿Qué es eso? […], así las personas no se recuperan”, menciona un testimonio del familiar de un paciente. Además, dichas citas no suelen durar más de 15 minutos.

Otro factor que dificulta el acceso a atención oportuna es el estigma asociado a la depresión: se piensa que el usuario se deprime porque quiere o es demasiado débil, lo cual causa vergüenza en el paciente. Esto es especialmente común en varones.

Por estas barreras, los pacientes tardan más tiempo en reconocer que necesitan ayuda. Por eso, la puerta de entrada más común a los servicios de salud mental son las urgencias y las hospitalizaciones, cuando la persona ya ha entrado en una crisis. Además, ante la falta de soporte una vez el paciente remite, es altamente probable que vuelva a ser hospitalizado y no tenga avances en su diagnóstico.

Entre las soluciones propuestas por el observatorio están: aumentar el presupuesto de salud mental enfocado a los programas de prevención temprana, más que a la hospitalización, divulgar a la sociedad la oferta de servicios de salud mental a los que tienen derecho a recibir por su EPS, intervenciones colectivas sobre el concepto de salud mental con enfoque positivo, un aumento en la capacidad de respuesta, consultas de mayor duración, un modelo de atención comunitario desde los entes territoriales y una atención articulada e intersectorial, entre otras recomendaciones.

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