Aunque pocos lo crean, esto pasó en un municipio del Chocó.
Aunque parezca increíble, un hombre lleva alrededor de un año viviendo en un cementerio de un municipio del departamento de Chocó. Se trata de Fader Yesid Rengifo Cuesta, de 23 años, quien ha decidido vivir en el lugar dentro de un ataúd, donde reposan los restos de los lugareños. Al parecer, el hombre cada noche ingresa a una de las tumbas, se acomoda y vive ahí cómodamente.
Para una persona esta experiencia podría resultar de lo más aterrador, pero para Fader, es completamente normal: “Me siento bien, y espero seguir haciendo las cosas bien y seguir cambiando mi estilo de vida por lo que llevaba antes”, explicó.
Al parecer, Fader no ha tenido una vida fácil. El consumo de sustancias psicoactivas y las falencias económicas lo han azotado. Sin embargo, a pesar de las condiciones, parece vivir bien, y a su estilo. “Acá me siento tranquilo en medio de los muertos y nunca siento peligro”, dijo.
Según la madre, el joven tenía una abuela a la que quería mucho. Esta mujer significaba todo en su vida. Lamentablemente, ella falleció y la depresión se apoderó de él. Le costó mucho asumir la pérdida. Tanto así, que decidió irse a vivir al lugar donde ‘descansan los muertos’.
“Cuando murió, él nunca fue al entierro ni nada, y de un momento a otro terminó viviendo en el cementerio. Yo creo que a Fader le afectó mucho la muerte de mi mamá, por eso terminó viviendo en el cementerio”, dijo Mayerli, madre del joven.
Al parecer, tras el fallecimiento de la mujer, Fader cayó en las drogas y su madre no tuvo otra opción que irse a Medellín a rebuscarse la vida para apoyar a su hijo y colaborarle con una terapia de rehabilitación.
En la actualidad, la mujer logró establecer un nuevo contacto con el joven y lucha día a día para conseguir sacarlo de esa vida turbulenta en la que decidió meterse.
