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junio 22, 2023

Colombianos están mermando la compra de gasolina desde que los precios van en aumento.

Barajan alternativas para disminuir la cantidad de plata que cada hogar gasta en combustible.

El aumento de los precios de los combustibles en un 38% desde octubre del año pasado está actuando sobre los hábitos de consumo de los dueños de vehículos y por eso no es gratuito que la obsesión actual sea ver cómo mantener los costos a raya, mientras que el valor por galón sube cada mes.

Eso, de acuerdo con el presidente del gremio de distribuidores de combustibles (Fendipetróleo), José Alberto Arias, citado en un informe del diario La República, ha ocasionado que los conductores hayan tanqueado en las estaciones de servicio un siete por ciento menos con relación a los de los 4.677 millones de galones que se vendieron en todo el año 2022. De ese total, 2.332 millones de galones correspondieron a gasolina y 2.344 millones a Acpm y biodiesel. Si se toma como patrón un número de 51,6 millones de habitantes en el país, se tiene que el consumo per cápita ascendía a 91 galones.

El último incremento, a principios de junio, fue de 600 pesos, con lo cual el valor promedio por galón de gasolina alcanzó los 12.367 pesos, acumulando y existen estimativos de que al culminar este 2023 subirá 3.200 pesos más, para ubicarse muy cerca de los 16.000 pesos.

Se trata de una realidad difícil de revertir y por eso el propio presidente, Gustavo Petro, ha planteado el camino de que siga disminuyendo el consumo interno de combustible con el fin de reducir el gasto que se genera en las importaciones.

Para el experto en hidrocarburos y presidente de la Fundación Xua Energy, Julio César Vera –también citado por La República- las alternativas que se pueden barajar al respecto en la cotidianidad de los ciudadanos de a pie apuntan a un uso más racional del vehículo, sea carro o moto, con opciones como caminar, utilizar más la bicicleta y abordar con más frecuencia el transporte público. Es decir, que el carro particular va siendo poco a poco una opción secundaria.

El otro paquete de posibilidades sugeridas por Vera contemplan el que se use el auto, pero no de manera individual, sino poniéndose de acuerdo para ir de a tres o cuatro, pasarse a combustibles como el gas natural, al gas licuado de petróleo o a la energía eléctrica, y hasta cambiar el carro por uno nuevo que tenga un motor más eficiente.

La contra cara del tema corre por cuenta de los comercializadores minoristas de combustibles –estaciones de gasolina- un gremio donde los datos no parecen muy halagadores, pues bajo las circunstancias actuales sus márgenes de ganancia se han reducido de 9,3% a 7,4%.

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