Este martes está prevista la llegada de un familiar de Luis Alfredo Garavito Cubillos, conocido como “La Bestia” o “El Monstruo de Génova”, a Valledupar, con el objetivo de reclamar el cuerpo, que ha estado en las instalaciones del Instituto Nacional de Medicina Legal de la localidad durante los últimos cuatro días.
Un funcionario de la personería de Valledupar comentó: “Estamos a la espera de los resultados de la necropsia. Si viene la familia el martes o miércoles de la otra semana, se iniciarán los trámites de la entrega del cuerpo del fallecido. Se debe cumplir un protocolo para estos casos, aportar la documentación necesaria que confirme el parentesco con Garavito.”
Un sobrino de Garavito solicitó apoyo a la Alcaldía de Valledupar para cremar el cuerpo de su tío y trasladar las cenizas a Armenia, territorio donde nació el asesino serial. Sin embargo, la Administración Municipal descartó esta solicitud debido a la falta de recursos para sufragar los gastos de dicho procedimiento.
Actualmente, la opción más viable es que Luis Alfredo Garavito Cubillos sea sepultado en el antiguo Cementerio Central de Valledupar, en colaboración con la Diócesis de Valledupar, con la participación de las autoridades competentes y en absoluta privacidad.
Un funcionario de la administración municipal explicó: “La autorización que tenemos es entregar el ataúd y una bóveda para darle cristiana sepultura. La familia dice que no tiene recursos para trasladar el ataúd hasta Armenia, por ello solicitó la cremación. La entidad no tiene recursos para procedimientos crematorios.”
Garavito, quien confesó haber violado y asesinado a más de 200 niños en Colombia, Ecuador y Venezuela, falleció a los 66 años el pasado jueves 12 de octubre en la Clínica Santo Tomás de Valledupar, donde había sido ingresado de urgencias a raíz de un cáncer de piel y leucemia.
La noticia de su muerte pone fin a un capítulo doloroso para las familias de sus víctimas y para el país, que temía su posible salida de la Cárcel de Alta y Mediana Seguridad conocida como ‘La Tramacúa’, donde Garavito se mantuvo alejado de otros reclusos por petición propia debido al temor a sufrir agresiones.
A lo largo de los años, su salud se deterioró notablemente, y en sus últimos días, presentó complicaciones de salud, incluyendo un cáncer ocular que afectó su visión. Según una fuente cercana, Garavito buscó liberar su alma mediante el arrepentimiento y escribió un informe completo de su vida en varios cuadernos como una forma de redimirse.
Extraoficialmente se ha conocido que la última voluntad de Luis Alfredo Garavito Cubillos fue ser sepultado en Valledupar y que un pastor evangélico que lo acompañó durante sus últimos años de reclusión dirigiera las honras fúnebres. Sin embargo, los protocolos establecen que será la familia quien determine finalmente el destino de su cuerpo una vez entregado por el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).