La atacó con un arma cortopunzante a la altura del cuello y la herida que le ocasionó la muerte en pocos minutos.
Maritza Quiñones Mondragón fue asesinada por su hijo con un arma blanca el 4 de julio en horas de la noche. Al parecer, el crimen habría ocurrido después de que la mujer viajara a Colombia con el fin de visitar a su familia, a quien no veía desde hacía varios meses, pues se había ido a vivir a Atofagasta, Chile.
El asesinato ocurrió en el barrio Ciudad Meléndez, al sur de la ciudad de Cali, departamento del Valle del Cauca, en un apartamento que había sido alquilado por la víctima para pasar su estancia, y que también estaba compartiendo con su hijo, quien desde hace varios días había sido dado de alta de un centro de rehabilitación, en el que pasó varios meses por cuenta del uso excesivo de drogas.
Según explicaron las autoridades y los celadores del conjunto residencial donde falleció la mujer desangrada, esta sufrió un corte a la altura de su cuello, lo que terminó por causarle la muerte en muy poco tiempo; y que a través de los videos de las cámaras de seguridad en el edificio, se pudo cómo el joven abandona la escena del crimen con completa naturalidad, mientras sostiene una bolsa en cada una de sus manos.
“El hijo de la señora sale con unas bolsas en su mano como si nada”, indicó el personal de vigilancia a medios regionales. Así mismo, el comandante de la Policiá Metropolitana de Cali, Daniel Gualdrón, señaló que el “joven le ocasionó la muerte a su madre con arma blanca; le hace una cortada y la señora, lamentablemente, se desangra”.
Así mismo, explicó el comandante Gualdrón, para la familia, es que el hijo de Maritza se encontraba “bajo los efectos de las drogas, pues venía batallando con este problema y hace poco había salido de un centro de rehabilitación”, y que este habría alterado la escena del crimen: movió el cuerpo y había manchas de sangre en el ascensor del edificio.
El presunto feminicida ya se encuentra bajo el poder de las autoridades, ya que después de matar a su madre, horas más tarde llamó a algunos de sus familiares y les confesó lo que había hecho. Ahora su familia espera que inicie el proceso judicial en su contra, para que responda por la muerte de su propia madre.